Historia del helado artesano:
No es posible datar con precisión el nacimiento del helado; de hecho, en la Antigüedad existían preparados análogos y la propia variedad de estos preparados no facilita en absoluto la investigación.
Parece fiable la fuente que atribuye la difusión del helado en Europa y en Italia a los árabes; nuestro sorbete viene, precisamente de áraba sherbet. Avala esta tesis el hecho de que las tradiciones más profundamente radicadas en el campor de la heladería se encuentran en Sicilia y en el sur de España; zonas que experimentaron prolongadas influencias árabes.
De todas formas, Marco Polo, en la relación de sus viajes, dice que los chinos ya lo conocían; por tanto es probable que haya sido inventado por los chinos y que haya llegado después, a través de las caravanas que comerciaban con té y especias, a orillas del Mediterráneo.
De los granizados a los helados
En tiempos de los romanos, los helados se hacían con nieve endulzada con miel, y se les daba sabor con jugo de frutas o con mosto; con esta práctica obtenían, por tanto, una especie de granizado.
El auténtico helado, sin embargo, nació oficialmente en el siglo XVI en Florencia, gracias a un tal Buontalenti, y se difundió después por Francia y, a continuación por todo el mundo.
En 1670, un siciliano, Procope de Coltelli, abrió en Paris el Caffé Procope, el primer local en el que fué posible consumir helados. Después, el napolitano Tortoni, inventó el helado entre dos galletas y Bosio llevó el helado a América. Mientras tanto, el helado sufrió varias evoluciones, sobre todo bajo la influencia de los heladeros cadorinos que ya no lo producian a base de jugo de fruta, sino a base de leche y huevo.
En América, el helado de Bosio se enriqueció y se transformó. Un cierto Fussell de Baltimore que disponía de grandes reservas de nata, para que no se perdiera, intentó transformarla en helado. Nació así no solo el padre del helado industrial, sino sobre todo el ice cream, el helado sin huevo, con poco azúcar, pero rico en nata. Junto a este último y a aquel a base de leche y huevo, sigue existiendo el viejo sorbete, es decir el helado de fruta a base de agua.
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