Si vas a caer en la tentación, mejor un poco de helado de nata que varios polos. Y no te creas que el helado de yogurt no engorda.
Los helados y el verano van unidos como Eurovisión y las lentejuelas. En Transformer sabemos que en las vacaciones de verano las costumbres se relajan y nos concentramos en el control de daños. Es decir, si vas a comerte algún helado, al menos hazlo con cabeza.
Hace 2.500 años los antiguos persas guardaban nieve del invierno y se la comían en verano echando mosto de uva por encima. Los italianos ya hacían sorbetes con hielo y jugos de fruta en el Renacimiento, y las primeras recetas de los helados de crema datan del siglo XIX.
Hoy en día tienes dos tipos básicos de helados.
- Los polos, paletas o helados de agua, según el país, que se venden con un palito
- Los helados de nata o crema, que se venden en cucuruchos, copas o si son industriales, con palito.
Los helados de agua son básicamente agua azucarada con sabor añadido que se congela. Muy pocas veces contienen fruta de verdad. Son fáciles de hacer en casa con zumo, azúcar y unos moldes.
Los helados de crema son una mezcla de leche, nata, azúcar, huevos y otros ingredientes, como chocolate o frutas. Cuando son de baja calidad, en lugar de nata y huevos se utilizan grasas vegetales hidrogenadas, es decir, grasas trans, así que mucho cuidado con estos. Es mejor gastar un poco más en un capricho con ingredientes de calidad.
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